El San Valentín clásico
viernes, febrero 14, 2014
Recuperándome de una gripe terrible que sufrí la semana pasada, descubro horrorizada que es San Valentín y no tengo nada para mi querida media naranja. No es que sea una fiesta que me guste, pero reconozco que es la excusa perfecta para recordar lo mucho que quieres a tu pareja y demostrárselo sin parecer idiota (o pareciéndolo, pero amparada por la estupidez general). El año pasado por estas fechas compartí con vosotros detalles fáciles que se pueden hacer de un día para otro sin gastarse un pastizal y sin complicarse la vida, ¿os acordáis?
Hoy os propongo algo que, por clásico, hasta resulta novedoso. Porque, en esta época en la que puedes encontrar un millón de tutoriales para hacer casi cualquier cosa con forma de corazón a un click de tu teclado, ¿hay algo más romántico que comprar una botella de vino, de champán o de lo que os guste y brindar con tu amado/a por toda una vida de felicidad?, ¿o hay algo que emocione tanto como un simple y perfecto ramo de flores?
Pues lo dicho, no te compliques y ve a la esencia. Que un "te quiero" dicho a tiempo es mucho más romántico que entregar una tarjeta recién imprimida o que doscientos cupcakes con forma de corazón, por más frosting que lleven.
¡Feliz San Valentín!
¡Feliz San Valentín!
(Lo que tiene que hacer una para disimular que no ha comprado nada, ¿eh?)
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